Después de conseguir un ejemplar del libro de Joel Meyerowitz, Retrospective y de haber tenido la oportunidad de hojearlo en más de una ocasión hay un tema que me ha llamado la atención: el que tiene que ver con los diferentes formatos que ha utilizado Meyerowitz a lo largo de su carrera.
Por lo que he podido ver hay 2 transiciones importantes en su trabajo, la primera corresponde como a otros muchos fotógrafos de su época al paso del blanco y negro al color. Curiosa la manera de ilustrarlo, ya que durante un tiempo el fotógrafo llevaba 2 cámaras y realizaba la misma toma con cada una de ellas para ver el resultado que le ofrecía cada soporte.
La segunda transición es la que más me ha llamado la atención ya que corresponde al cambio del tipo de cámara, deja de utilizar una cámara pequeña, discreta y ligera, para cambiar a una cámara de gran formato 8×10 y que solo se podía utilizar con trípode.
¿Como se puede justificar este cambio en apariencia ilógico? Pues en el libro explica lo siguiente:
«I wanted even more description than the 35mm camera could bring, so I tried medium-format camera and color negatives, which were quite slow, so I thought, if I have to put a camera on a tripod then maybe I should really go big and use an 8×10″
En definitiva, sacrifica instantaneidad por ser más descriptivo.
Hombre, pues la verdad es que lo consiguió… solo hace falta ver algunas imágenes para darse cuenta que las fotografias en gran formato son más ordenadas, más reflexionadas, menos instintivas e incluso más experimentales…
Pero la pregunta que me ronda la cabeza es: ¿¿quizás también son más aburridas??
La respuesta imagino que depende de lo que cada fotógrafo o lector de imágenes sienta, a lo que es más sensitivo y/o receptivo.
Lo cierto es que no puedo dejar de darle vueltas al asunto, no se si seré el único que no lo ve claro.
Por su orden me recuerdan a las fotografías de Stephen Shore, de su Uncommon Places. Imágenes que siempre me han costado, lo reconozco.
Pues, a veces también me las pregunto yo! Y esto lo expliqué el otro día en mi charla. Muchos critican a Cartier-Bresson por su negativa a usar color, el otro día leía «EL maestro estaba equivocado, el color es vida» o algo así , y es esa reacción de Meyerowich la respuesta a la negativa de Bresson, las emulsiones a color eran lentas, las impresiones nefastas, Meyerowich quiso continuar con el color y tuvo que cambiar la cámara, le precisaba más el color que el movimiento, Bresson nunca sacrificaría el movimiento , y siguió con su Leica y su blanco y negro!
Pilar, cada fotógrafo siguió su camino y para mi ambos fotógrafos son maravillosos.
Carlos, yo creo que algunos fotógrafos simplemente cambian a lo largo de los años, es inevitable. Muchos «fotógrafos de gente» han evolucionado hacia «fotógrafos de paisaje», el paisaje es más reflexivo, lento..quizas aburrido, aunque a mi me gusta mas el paisaje de Meyerowich o Shore que los ideales, pintorescos e idealizados paisajes de naturaleza a los que estamos acostumbrados… esos si que me cuestan.
la foto de calle exige ir a la caza, andar mucho, dinamismo, etc,.. cuando te haces mayor todo eso pierde importancia frente a otras cosas, o mejor dicho, no es cuando te haces mayor, sino cuando llevas cierto tiempo haciendo fotografías..no digo que le vaya a pasar a todo el mundo, pero si que hay una tendencia..
el otro día leí que nan Goldin estaba trabajando un libro de paisajes, y te voy a decir que he visto algunos paisajes suyos y me encantan.
Un saludo!
Esta sí que es buena, Nan Goldin haciendo paisajes, lo nunca visto. Estoy de acuerdo con tu interpretación de la evolución, Friedlander también ha terminado por hacer paisajes, qué curioso. De todas maneras, las fotografías que hizo Meyerowitz en Cape Cod no son aburridas, a mí me conmueven mucho.
Por cierto, a quien le interese Goldin que no se pierda este documental : http://www.johnpaulcaponigro.com/blog/5224/nan-goldin/
gracias por el enlace, Luisa
Fantástico Daniel, creo que la has clavado. También ha pasado algo parecido con Lee Friedlander, fotógrafo al que tambien admiro. De todos modos a mi me interesa más la primera de su trabajo, quizás más adelante la cosa cambie,… no te digo que no…
personalmente esa actitud me habla de su constante análisis crítico y sobre su evolución, algo que lo identifico con su propio crecimiento personal y artístico.
¿evolucionar o morir no, José Luis? creo que eso tiene que ver con la personalidad de cada fotógrafo.
La evolución es algo lógico en el artista, y en el que no lo es, como yo. A mí me gustan las dos etapas, aunque me siento más cercano a la primera, más espontánea. De todas formas, reconozco que paso de una fotografía a otra con mayor rapidez que con las fotos de la segunda época. Son fotografías que tardan en ser tomadas y también en ser observadas.
Que curiosos Diego, a mi me pasa justo lo contrario. Reposo más la mirada en el caos de sus imágenes más callejeras, supongo que por un tema de gusto o empatía…lo reconozco.
Sí, quizás sea una cierta manera de madurar la mirada y la persona. A día de hoy también me identifico con esa primera fase en movimiento e improvisada, pero quien sabe qué pasará a la vuelta de unos años…
Silvia, tampoco se si es una manera de madurar. ¿Entonces deberíamos decir que Bruce Gilden es un inmaduro porqué no ha evolucionado su mirada hacía una fotografía de mayor formato? ¿o que Castro Prieto nació maduro como fotógrafo al usar siempre cámaras de formato medio? yo no lo creo. 🙂